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PRENSA (Años 2013, 2014)

Flores Suspiran Mujeres, Hanamachi... y Circense

SPECTAVI| Julieta Messer

Flores Suspiran Mujeres | Crítica | Noviembre 2014

 

Con un montaje de historias paralelas la propuesta de “Flores suspiran mujeres” habla de los universales como el amor, el odio, la muerte haciendo hincapié en la figura de la mujer con sus implicancias. A la altura de los textos de una Marosa Di Giorgio, Alejandra Pizarnik o Clarice Lispector, la autora y directora logra ilustrar con un elenco de sólidos actores (Juan Pablo Carrasco, Florencia de Maio, Rocío García Márquez, Luciana Murdocca, Lorena Rabassa, Fernanda Sancineto Sayus y María Eugenia Sinde) las idas y venidas de estos personajes presos de sus propias fantasías. Adicionalmente Arteman cuenta en su artillería dramática con música en vivo ejecutada por excelsos músicos (Marcelo Tulejko Ubal, Rubén Tulejko Ubal) que brillan hacia el final de la puesta en escena dotados de voces supremas y que también intervienen como parte de los personajes a lo largo de la obra. Las referencias a la literatura y su importancia en pos de la imaginación abundan en la pieza, sin ir más lejos uno de los personajes lleva un libro durante toda la obra intentando terminar aquella historia que queda inconclusa y reflexionando acerca del poder de la literatura como elemento clave en el desarrollo imaginario.

La Letra Tal Vez | Guido Facile

Flores Suspiran Mujeres | Entevista | Octubre 2014

 

LLTV: ¿Fue casual esta fusión tan clara de estos diferentes planos escénicos que se ven en la obra, el drama, la novela y la música. O la idea de esa mixtura  surgió antes que la obra?

 

NA: El drama y la novela ya estaban desde la propuesta dramatúrgica. Cuando me planteé llevar la obra a escena, lo primero que surgió, antes de convocar a los actores, fue convocar a los músicos para que se sumaran al proyecto. Pero los planos se construyeron a la par, en todo el proceso de construcción de la obra. La música es totalmente original, creada por y para la historia. Como parte de la poesía de la misma.

La Letra Tal Vez | Guido Fascile

Flores Suspiran Mujeres | Crítica | Octubre 2014

 

Tres mujeres. El pasado que llueve y truena. La fantasía y la belleza. Y…el presente.

Tres hermanas mujeres que suspiran con una novela. ¿Ficción? La novela es la que sopla el oído de ellas tres.

Ana María se emociona; Amelia, la más grande, detesta ese pegoteo lisonjero; y Laura…se enamora. El pasado tormentoso les lleva flores marchitas. Su difunta madre aún suspira. La fantasía convive con ellas a través de una novela, la historia de Rosa y Federico. La inocencia de la joven campechana (Rosa) se enreda en una historia de amor con Federico, el elegante sobrino de su tía Margarita. La tía ha decidido convocar a Rosa a la ciudad para que trabaje en su negocio. Arregla un encuentro entre Rosa y su sobrino, quien es un comerciante ávido de ciudad. Tía Margarita negocia. Rosa, entre negocio y negocio, sabrá plantarse y exigir el amor verdadero. Margarita también sopesa las ventajas de un amor y cuchichea con su criada Caléndula.

Las hermanas se gritan la novela, suspiran con la fantasía, se pelean por ella…Las tres miran por la ventana de su casa y esperan a esos jóvenes anónimos.

Foro de Baires

Flores Suspiran Mujeres | Entrevista | Septiembre 2014

 

En un mundo femenino lleno de encaje, luces y sombras, tres hermanas viven y se entremezclan con la fantasía. Lo bello y la crueldad conviven con sutileza y desenfado en el mismo ambiente, haciendo de un mundo que podría ser hermoso algo que cala hondo.
Ana María, Amelia y Laura viven sus sueños y pesadillas, la muerte de una madre, los hombres que entran por la puerta. Leen desesperadamente una novela. Allí en las páginas de la historia se hacen carne los personajes.
Rosa llega del pueblo a la ciudad, Tía Margarita tira del destino de su sobrina, Caléndula como sombra traspasa los limites de los secretos y Federico hace suspirar a las flores en noches de calor.
Las interpretaciones dan vida a los sentimientos mas puros y el melodrama transmuta hacia el trágico desenlace.

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Notas Teatrales | Laura Rauch

Hanamachi, Casi un Policial Japonés | Crítica | Abril 2014

 

Algunas realidades sólo pueden explicarse con símbolos inexplicables,como el que sueña no comprende lo que sus pesadillas significan.Ernesto Sábato, Abaddón, el exterminador.

 

Hanamachi, casi un policial japonés de los autores Claudio Gatell y Natalia Arteman,  es una pieza de una singularidad asombrosa, no solo por la estructuración del relato y las imágenes que propone, sino por la forma de encarar un contenido social de tal relevancia como lo es la violencia de género en situaciones de sometimiento y esclavitud tan extremos que pretende naturalizarse.

 Revista Lucarna

Hanamachi, Casi un Policial Japonés | Crítica | Abril 2014

 

Los actores le ponen el cuerpo a esta atmósfera enrarecida con una expresividad notable, en la que se percibe el resultado de una desinhibida experimentación dramatúrgica. Natalia Arteman y Maru Sinde logran encarnar a dos mujeres que se dividen entre la dulzura, la actitud de la seducción y una tristeza ligada a cierto terror que las acecha y no las abandona. 

 

La obra propone un original e impactante encuentro entre lo oscuro del bajo mundo y la dulzura de la mujer; entre la poesía y la música al estilo Tarantino; entre la danza, la seducción y lo doloroso de la sexualidad. A su vez, la puesta deja ver una clara influencia del teatro de Artaud y del cine de David Lynch, en el sentido de que, más que las palabras, es esa extraña mezcla de luces, sonidos, música, movimientos y gestos los que provocan profundas reacciones en el espectador, que percibe la amenaza latente de eso real que a veces no se puede finalmente poner en palabras.

Eso que llamamos teatro

Circense | Crítica | Agosto 2013

 

Enredados en una trama circular, los personajes irán envolviendo al público en una telaraña de imágenes fuertes, que Claudio Gatell sabe construir a partir del movimiento, el sonido y el espacio, con admirable verosimilitud: una cama que comienza a girar y Cirse, con sus pechos desnudos, será el mascarón de proa de un barco en medio de un enfurecido mar.

Perfecto conocedor del teatro de Tadeusz Kantor, Gatell desacraliza la realidad, profana el tiempo lineal y provoca al público cuando demuele a golpes la cuarta pared, y obliga al espectador a abandonar toda lectura racional de lo que sucede, llevándolo a interrogarse que le está pasando a él, como fue que ese payaso de sonrisa burlona, salió de la ficción y se metió en su realidad de espectador y hasta logra inquietarlo y hacerlo parte de la farsa.

Gatell cuenta para lograrlo con el impecable trabajo de un elenco que le pone el cuerpo a una labor nada fácil y que sale airoso a puro talento.

Circense es un aporte importante a nuestra escena teatral off, que no se puede dejar pasar.

La Mirada Subjetiva | Jorge Caporale

Circense | Crítica | Agosto 2013

 

Con aportes del trabajo vanguardista de Kantor o Artaud y el imprevisible cruce con Cortázar logra una amalgama de ilusiones donde lo sensorial se vuelve protagonista y lo cotidiano recupera su trasfondo de irrealidad. Impecables actuaciones de Natalia Arteman,  Sabrina Crowe, Emilce Rotondo, Marcelo Roitman y Leandro Martín López. Párrafo aparte para la labor actoral de Mariano Bassi, que conjuga a la perfección la voz que brota de otra dimensión, el cuerpo del acróbata que repta, el gesto maquiavélico, la sensualidad y la burla del payaso. Engrandece la puesta el vestuario y la escenografía de Mariana Cirulli que interpreta con solvencia la propuesta, dotando al espacio de rojos que evocan a la sangre y a la pasión, de negros y blancos que corporizan la muerte, de texturas que potencian lo ilusorio, acompañando todo con un sólido manejo de los distintos planos escénicos que le permiten desarrollar el espacio para volverlo rico en fotografías de enorme impacto. Circense es una nueva oleada de aire fresco en el teatro independiente porteño, un aporte esencial desde lo experimental que vale la pena transitar. Excelente y cautivante trabajo.

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